¡Hola! Esta edición de Planeta Mauna Loa vuelve a ser casi monográfica.
Seguimos centrados en la COP26, la cumbre del clima que se está celebrando en Glasgow (Reino Unido) desde el 31 de octubre.
Si te perdiste el análisis de la primera semana, puedes ponerte al día aquí. Si no sabes de qué va la cumbre, te lo contamos
en esta edición.
LA POLÍTICA DE LA ÚLTIMA HORA
La COP26 toca a su fin y los delegados exprimen las horas para alcanzar un acuerdo. Mientras escribimos estas líneas, todavía no hay un documento definitivo, aunque sí se ha publicado un primer borrador. Este ha despertado muchos recelos ya que no parece resolver ninguna de las cuestiones pendientes y, sobre todo, no supone un avance en materia de financiación.
A todo esto volveremos la semana que viene. Preferimos contarte los detalles cuando el acuerdo sea definitivo, ya que aún hay tiempo para cambios de última hora. De hecho, algunos de los acuerdos más significativos de la historia de las COP (como el de París) se firmaron en el último momento.
Por otro lado, la semana en Glasgow nos ha dejado todo esto en clave política:
- Más de 40 países han puesto fecha de caducidad a sus centrales eléctricas de carbón (entre 2030 y 2040, en función del estado). En ese grupo están algunos de los grandes consumidores de este combustible, como Corea del Sur o Polonia, pero faltan China, Estados Unidos y Australia.
- El gobierno australiano sí financiará el desarrollo de tecnologías para capturar y almacenar carbono con más de 300 millones de euros.
- Otros 30 países y seis grandes fabricantes de coches han prometido dejar de vender vehículos contaminantes en 2035. España, Francia y Alemania (los que más producen de Europa) no están en un acuerdo en el que también faltan EE. UU. y China y empresas como Volkswagen y Toyota.
- El consumo de petróleo y las emisiones de los ejércitos de todo el mundo vuelven a ser los grandes ausentes en la cumbre del clima. Los países no están obligados a publicar el impacto medioambiental de sus fuerzas armadas, aunque se estima que son responsables del 5 % de las emisiones totales (más que la aviación y la navegación comercial juntas).
- Y a los pocos días de firmar el acuerdo para frenar la deforestación del que te hablamos la semana pasada, Indonesia ha dado marcha atrás.
En el capítulo de gestos, esta semana nos deja la imagen del ministro de Asuntos Exteriores de Tuvalu, que denunció la situación de su archipiélago con el agua por las rodillas, y las palabras del ministro de Medioambiente de Madagascar, que vinculó la hambruna que sufre su país con la fiebre de los vuelos baratos en Europa. Además, Boris Johnson, criticado por desplazarse a Glasgow desde Londres en jet privado, usó el mismo avión para volver a la capital a tiempo para ir de cena con ex compañeros de trabajo.
EMISIONES EN B
Mientras continúan las negociaciones en la COP26, varias investigaciones publicadas esta semana señalan una verdad incómoda: las cuentas siguen sin salir. Un amplio reportaje de The Washington Post muestra que existe una gran brecha entre las emisiones que los países declaran en los informes que envían a la ONU y las que realmente generan.
De acuerdo con los periodistas de investigación, hablamos de un desajuste global de entre 8500 y 13 300 millones de toneladas de CO2 anuales. En el mejor de los casos, la cantidad que emite todo Estados Unidos al año. En el peor, la que genera China, el mayor emisor del planeta.
Esta brecha es muy relevante porque estos datos son la base sobre la que los países calculan sus compromisos de reducción de emisiones. Esto implica que la información que se usa para intentar frenar el cambio climático podría no ser fiable. Si quieres saber más, te recomendamos este hilo de Twitter.
Otro informe, de Climate Action Tracker, liga el calentamiento con la inacción de los gobiernos. Actualmente, el planeta es 1,1 ºC más cálido que en la época preindustrial, y el Acuerdo de París busca que esta cifra no supere el umbral de los 2 ºC. Sin embargo, este informe señala que el mundo alcanzará una temperatura de 2,4 ºC en 2100 si nos limitamos a los compromisos pactados para 2030. Si nos basamos en las políticas actuales (y no en las promesas), la subida sería de 2,7 ºC.
- La revisión de otro informe de la ONU concluye que las emisiones anuales de gases de efecto invernadero deberían reducirse a la mitad en 2030 para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
- ¿Cómo será el mundo en 2060? Este reportaje lo analiza teniendo en cuenta diferentes escenarios, más o menos optimistas, proyectados por el IPCC.
- Los habitantes de las islas del Pacífico más amenazadas por el aumento del nivel del mar prefieren apostar por medidas de adaptación y quedarse en sus territorios antes que ser reubicados en otros países, aunque esto no siempre es posible.
Las rastreadoras del agua
El agua de los pozos es cada vez más salada en la región de Gabura, Bangladés. Allí, la subida del nivel del mar obliga a las mujeres a recorrer más y más kilómetros en busca de agua potable. La imagen es una de las ganadoras del Environmental photographer of the year.
DENTRO Y FUERA
Desde hace más de una semana, las calles de Glasgow son un hervidero de actividad. Defensores del medioambiente y activistas de prácticamente todas las regiones del mundo se han reunido para ejercer presión y pedir más acción a los líderes políticos. El punto álgido se vivió el fin de semana, cuando la marcha convocada por Fridays for Future reunió a cerca de 100 000 personas.
Sonó con fuerza el discurso de Greta Thunberg, quien denunció palabras vacías y falsas promesas, e hizo referencia a la desigualdad que se esconde tras las negociaciones de la COP26. En las protestas están teniendo especial peso las palabras de líderes indígenas y representantes de los países más desfavorecidos, grandes ausentes en la cumbre.
A las demandas de la calle se contraponen las presiones que se ejercen desde dentro de la propia conferencia. La industria de los combustibles fósiles tiene más representantes que ningún estado individual (en total, 503 personas con intereses en esta industria participan en la COP26) y está presente en las delegaciones de 27 países diferentes.
Estas empresas señalan que su presencia es necesaria para ayudar a los delegados a gestionar la transición energética. Sin embargo, muchas tienen un historial de negación de la ciencia climática y de entorpecimiento en la búsqueda de soluciones. Es el caso de General Motors, una empresa que ya en los años 70 tenía evidencias del impacto del CO2 en la atmósfera y tomó medidas para ocultarlo. Hoy, patrocina un espacio de eventos relacionados con las energías limpias.
En pocas líneas
- Las ballenas comen tres veces más de lo que se creía. Un rorcual azul puede llegar a ingerir 16 toneladas de alimento en un día.
- Estados Unidos aprueba la primera gran ley climática
de esta legislatura con apoyo de los dos grandes partidos. Habrá importantes inversiones en infraestructuras y adaptación al cambio climático, pero las cifras están lejos de lo prometido por Biden. - A pesar de su aparente simplicidad, las esponjas de mar tienen un sistema que permite que sus células se coordinen. Podría ser un precursor del sistema nervioso de animales más complejos.
- La crisis energética reactiva los planes nucleares de Francia y Reino Unido. El país galo construirá nuevos reactores para ganar independencia y reducir sus emisiones y el gobierno británico se apoya en Rolls-Royce para desarrollar 16 reactores de pequeñas dimensiones.
- Cada vez más aves migratorias modifican sus hábitos para adaptarse a los cambios del clima. En el sur de España empiezan a ser habituales especies africanas como el vencejo moro o el buitre moteado.
- La lista de huracanes del Atlántico se queda sin nombres por segundo año consecutivo. La temporada ha sido inusualmente activa, aunque menos destructiva que la de 2020.
- Nigeria es el epicentro mundial del tráfico ilegal de pangolines. Las incautaciones de la última década se corresponden con la caza de al menos 800 000 ejemplares.
- El cambio climático y la ecología se cuelan en los últimos números de Mortadelo y Filemón y Astérix y Obélix.
- El mayor estudio sobre el estuario del río Támesis (Inglaterra) desde que fue declarado biológicamente muerto en 1957 revela que en sus aguas todavía sobreviven focas, caballitos de mar e incluso tiburones.
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